PADRES
“Está todo el rato encerrado en su habitación, tumbado en la cama”
“Está muy irascible, nos contesta mal a todo lo que le decimos”
“Ha perdido el interés por cosas que antes le gustaban”
SABEMOS CÓMO TE SIENTES
Nos importa escucharte para conocer qué le pasa a tu hijo.
PODEMOS AYUDARTE
Utilizaremos las técnicas de activación conductual, reestructuración cognitiva y todas las adecuadas para que…
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que resulta altamente incapacitante y cursa con un elevado nivel de malestar. Sin embargo, si tenemos en cuenta la falta de madurez emocional y la falta de recursos para manejar sus propias emociones, comprenderemos que en el caso de los más pequeños este trastorno puede ser altamente interferente en su desarrollo. Los problemas del estado de ánimo interfieren en la forma de pensar, sentir y actuar del niño. Se caracteriza por la presencia de un estado de ánimo deprimido (muchas veces visible por su irritabilidad) y una pérdida de interés por las actividades que antes le gustaban. Normalmente aparecen cambios en el apetito, alteración del sueño, cansancio, dificultades de concentración e, incluso, ideas de muerte. Estos síntomas pueden ser más o menos intensos, y van acompañados de dificultades a nivel familiar, escolar y social.
Otro síntoma característico de la depresión infantil es la elevada sensibilidad, de tal forma que el niño se muestra demasiado irritable o sensible frente a problemas cotidianos y muestra rabietas o berrinches con facilidad, además de ser extremamente sensible al rechazo y al fracaso. En el tratamiento el objetivo principal es mejorar el estado de ánimo. Sus componentes esenciales son la activación conductual (incrementar la realización de actividades potencialmente gratificantes) y la reestructuración cognitiva (identificación, cuestionamiento y sustitución de pensamientos negativos). El primer componente es esencial porque la depresión está causada por una falta de refuerzos en la persona que la sufre y esto le lleva a una falta de acción. Debido a la inactividad, el deprimido no encuentra refuerzos en la sociedad y en consecuencia la depresión se perpetúa.
En todo el tratamiento el papel de la familia es de mucha importancia. Por ello, se lleva a cabo un trabajo conjunto con el niño, la familia y el colegio, ya que es esencial tener en cuenta todos los contextos donde el niño se desarrolla. De manera progresiva el estado de ánimo va mejorando y el niño va recuperando la normalidad en las diferentes áreas de su vida.