CUANDO EL DOLOR SE CONVIERTE
«Este dolor no me deja vivir»
«A pesar de la medicación mi dolor permanece»
«Me impide ser feliz»
«Es un sufrimiento continuo»
ENTENDEMOS QUE TE SUCEDE
El dolor es una experiencia sensorial y emocional, provoca sufrimiento continuo y afecta a todas las áreas de nuestra vida. La ansiedad, la depresión y el estrés incrementan el dolor.
PODEMOS AYUDARTE
Estás sufriendo una situación estresante prolongada y te ayudamos a recuperar los recursos y dotarte de las técnicas psicológicas necesarias para que la experiencia no sea incapacitante.
El Dolor Crónico
El dolor crónico, reconocido como una enfermedad en sí, es aquel que dura más de tres meses y no responde a los tratamientos médicos habituales.
El dolor como tal surge como respuesta a una lesión del organismo. Cuando esta lesión se resuelve, el dolor desaparece. Sin embargo en el caso del dolor crónico, éste continúa presente, meses después de haberse resuelto la lesión.
El dolor se define como una experiencia sensorial y emocional desagradable, con componentes sensoriales, afectivos y cognitivos.
Una experiencia así, mantenida a lo largo del tiempo afecta a todas las áreas de la vida de la persona que lo sufre.
No estamos preparados para sufrir dolor de forma continuada, de forma que este dolor frecuentemente se asocia a una gran dificultad para desarrollar actividades de la vida diaria como: trabajar dentro o fuera de casa, las relaciones familiares y de pareja, relaciones sociales y actividades de ocio.
La investigación ha demostrado que la ansiedad, la depresión y el estrés incrementan nuestra sensibilidad al dolor, aumentando la percepción de éste. Es muy común que se produzcan “circulos viciosos” difíciles de romper.
La ansiedad y la tensión producen más dolor; y más dolor, más ansiedad y tensión. El dolor continuado lleva consigo un estado de fatiga física y psicológica que a menudo deriva en síndromes de fatiga y depresión.
Del mismo modo el dolor crónico altera el sueño del que lo sufre, provocando otro “circulo vicioso”, es decir más fatiga, más desesperación, más dolor.
Siendo el dolor una experiencia emocional con componentes sensoriales, afectivos y cognitivos, desde la psicología podemos ayudar a mitigar esa experiencia abordando los componentes emocionales y cognitivos con técnicas que hoy están totalmente contrastadas
Las técnicas de relajación, hipnosis, focalización de la atención, reestructuración cognitiva, biofeedback y otras técnicas conductuales para el control y manejo de la ansiedad, sueño y depresión, son imprescindibles hoy día en cualquier Unidad de Dolor, que trate el problema de una manera integral.
Todo ello con el objetivo de que la persona con dolor, recupere su vida y vuelva a disfrutar de las cosas a las que el dolor le hizo renunciar.