PADRES
“Le da mucho miedo equivocarse, por eso rechaza probar cosas nuevas”
“Se bloquea cuando las cosas no le salen como él quiere”
“Es muy pesimista, se fija en las cosas que le salen mal y no en las que le salen bien”
SABEMOS CÓMO TE SIENTES
Nos importa escucharte para conocer qué le pasa a tu hijo.
PODEMOS AYUDARTE
Utilizaremos las procedimientos adecuados para mejorar la tolerancia a la frustración, los pensamientos distorsionados y las expectativas desajustadas para que…
Problemas de Autoestima.
La autoestima es la autovaloración de uno mismo, de la propia personalidad, de las actitudes y de las habilidades, que son los aspectos que constituyen la base de la identidad personal. La autoestima se construye desde la infancia y depende de la forma de relación con las personas significativas. Es a partir de los 5-6 años cuando empezamos a formarnos un concepto de cómo nos ven nuestros mayores (padres, maestros), compañeros y amigos.
Es un elemento básico en la formación personal de los niños. De su grado de autoestima dependerá su desarrollo en el aprendizaje, en las buenas relaciones, en las actividades, y su construcción de la felicidad. Cuando un niño adquiere una buena autoestima se siente competente, seguro y valioso. Será responsable, se comunicará con fluidez, y se relacionará con los demás de una forma adecuada. Una imagen positiva de nosotros mismos, también hace que contemos con más recursos personales para afrontar momentos difíciles en nuestra vida. Es decir, la autoestima funcionaría como una “vacuna” que hace menor el sufrimiento psicológico ante críticas, rechazo, fracasos, pérdidas o cualquier otro acontecimiento negativo; o como un “colchón” que amortigua los “golpes” que nos va dando la vida.
Un niño con baja autoestima suele presentar miedo a equivocarse, indecisión, desmotivación, angustia, desánimo, vergüenza, sentimientos de culpabilidad, frecuentes llamadas de atención, excesiva envidia. También, manifiesta impotencia, bloqueo ante los problemas, pesimismo en la expresión de sus sentimientos y pensamientos, constantes comparaciones con respecto a los demás, dificultades para relacionarse y fijación en sus fracasos, pasando por alto sus logros y sus virtudes.
En la intervención, el objetivo principal es que el niño mejore su autoconcepto, ajustándolo a la realidad. De esta forma, se tiene como propósito que aprenda a valorarse de una forma objetiva, prestando atención no solo a los defectos, sino también atendiendo a las habilidades y destrezas, consiguiendo una valoración global de él mismo. Para ello, tiene que aceptar los errores como pasos que nos acercan a nuestra meta, aprender a enfrentar los fracasos de modo saludable y confiar en las propias capacidades. Además, se trabaja que el niño tenga un buen conocimiento de sus pensamientos negativos, dotándole de herramientas para que aprenda a revisar los pensamientos y a sustituir los negativos por otros más útiles, eliminando los sentimientos de inferioridad. También es importante que adquiera unas adecuadas habilidades sociales, fomentando una conducta asertiva, aprendiendo a defender sus derechos e intereses.
En el tratamiento es muy importante la colaboración de la familia, ya que parte de la intervención se centra en darles pautas sobre cómo fomentar la autoestima de su hijo.
De esta forma, el niño va a sentirse mejor consigo mismo, más valiosos y competente, pudiéndose desarrollar de una forma adecuada en todas las áreas de su vida.